Rogelio Javier Alonso Ruiz*
El Instituto Nacional de Estadística y
Geografía (INEGI) define como analfabeta a aquella persona de 15 años o más que
no sabe leer y escribir un recado. Según la Encuesta Intercensal 2015, el 5.5%
de la población mexicana se pudiera considera como analfabeta (INEGI, 2015, p.
32), porcentaje muy inferior al de 1970, cuando 25.8% de la población no sabía
leer y escribir. El analfabetismo es una de las expresiones más graves del
retraso educativo, pues implica la carencia de habilidades necesarias para ejercer derechos e integrarse al mercado laboral, perpetuando así la ignorancia, la pobreza y la desigualdad social.
La distribución del analfabetismo en
nuestro país es desbalanceada. En cuestión de sexo, 6 de cada 10 analfabetas
son mujeres. En términos geográficos, en Guerrero, Oaxaca y Chiapas hay una
proporción siete veces mayor de analfabetismo que en Ciudad de México;
asimismo, la frecuencia de esta condición es cinco veces mayor en localidades
rurales (12.9%) que urbanas (2.5%). En
relación a los grupos de población, los más afectados son los indígenas (17.8%),
las personas con alguna discapacidad (23.8%) o con alta marginación (19.4%)
(INEE, 2017b, p.142). Así pues, hablando en términos generales, el rostro del
analfabetismo en México podría ser representado por el de una mujer indígena,
con algún tipo de discapacidad, originaria de una población rural de alta
marginación.
La notable reducción del analfabetismo
sin duda está vinculada a la mejora en la escolarización, sobre todo en el
nivel primario: de acuerdo al Sistema Nacional de Información Estadística y
Geográfica, México (2020) México alcanzó desde 2001 la universalización de la
matriculación en la enseñanza primaria (6 a 11 años de edad). De este modo,
son casi dos décadas en las que todos los mexicanos acceden al nivel educativo en
el que se da, en la mayoría de los casos, el aprendizaje formal de la lectura y
la escritura.
De acuerdo a la Encuesta Intercensal
2015 (INEGI, 2015, pp. 32-34), el analfabetismo actualmente es casi inexistente
entre la población joven de 15 a 29 años (1.2%), mientras que es mayor su proporción
en la población de 60 a 74 años (15.7%) o de 75 años y más (28.5%). Lo anterior
hace pensar que, por el simple paso del tiempo, será cada vez más raro
encontrar personas que no sepan leer y escribir. De seguir con las tendencias
actuales, en una o dos décadas el porcentaje de población alfabetizada podría
ser casi o igual a 100%, no obstante que a partir del 96% la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus
siglas en inglés) considera ya a los países como plenamente alfabetizados. Lo
anterior no elimina la responsabilidad del Estado para eliminar los altos
índices de analfabetismo en la población de edad más avanzada.
Considerando el avance importante de
la alfabetización en México, resulta alarmante la situación de las personas con
discapacidad. Si bien en nuestro país el analfabetismo se refugia principalmente
en la población de edad más avanzada, esta condición no se cumple con el subgrupo
de población mencionado: el analfabetismo es menor entre las personas de 55 a
64 años (15.5%) que los de 15 a 24 años (24.8%) (INEE, 2017b, p. 142). ¿A qué
se debe lo anterior: cayó la escolarización de este grupo o simplemente, en los
últimos años, se ha hecho más visible su presencia? Sea cual sea la respuesta,
el alto índice de analfabetismo es un reflejo de la lamentable tendencia de la
escuela mexicana hacia la inequidad y la exclusión de los más desfavorecidos.
Con la inminente erradicación del analfabetismo
absoluto, es decir, la simple incapacidad para leer y escribir un recado, se
viene un nuevo desafío: tratar de abatir al analfabetismo funcional, o sea, la
imposibilidad de utilizar adecuadamente las habilidades de lectura y escritura en
situaciones específicas de la vida. Al respecto, la UNESCO ha indicado que “aún
en países con tasas de analfabetismo significativamente menores al 10%, existe
un elevado porcentaje de personas con muchas limitaciones para manejar los
niveles más básicos de interpretación de textos informativos” (2015, p. 4). De este
modo, el reto para México es mayúsculo: de acuerdo a la prueba PISA 2015, 39.8%
de estudiantes mexicanos se ubicaron en el nivel más bajo, de seis posibles, en
cuanto a desempeño en lectura, manifestando habilidades elementales que les permiten
apenas localizar información explícita en un texto corto o reconocer la idea
principal en escritos con contenidos conocidos (INEE, 2015, p. 74).
En la alfabetización son evidentes dos
desafíos para el Sistema Educativo Mexicano. Primeramente, integrar a los
grupos más marginados para poder darles habilidades tan básicas como la lectura
y la escritura; el logro de esto pudiera representar una base mínima para
pensar en la escuela como un espacio que promueva la justicia social y que sea
palanca del progreso especialmente de los más desfavorecidos. En segundo lugar,
se deberá transitar a enfocar los esfuerzos hacia aspectos cualitativos de la
alfabetización: logrado el abatimiento del analfabetismo absoluto, se deberá
concentrar en el funcional; ya no bastará entonces la mera ampliación de la cobertura educativa, sino que se deberán atender asuntos de corte pedagógico y de
las condiciones en las que los alumnos efectúan el aprendizaje. Dicho de otra
forma y aludiendo a la definición del INEGI, la meta ya no será únicamente
formar alumnos que sean capaces de leer y escribir un recado, sino de emplear
estas habilidades de manera exitosa para promover su bienestar. Ya no sólo importará
cuántas personas leen, sino cómo leen.
*Rogelio
Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc.
Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto
Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación
Primaria y Maestro en Pedagogía.
Twitter: @proferoger85
Facebook: El Profe Rogelio
REFERENCIAS
INEE (2017a). México en PISA 2015. México: autor.
INEE (2017b). Panorama Educativo de México 2016. Indicadores del Sistema Educativo
Nacional. Educación Básica y Media Superior. México: autor.
INEGI (2015). Principales resultados de la Encuesta Intercensal 2015: Estados Unidos
Mexicanos. México: autor.
UNESCO (2015). Alfabetización y Sociedades Sostenibles: convertir la visión de la
alfabetización para 2030 en acción en América Latina y el Caribe. Disponible
en: http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Santiago/pdf/Nota-conceptual-alfabetizacion.pdf
(Consultado el 16 de julio de 2020).
SNIEG. Tasa neta de matriculación en la enseñanza primaria (6 a 11 años). Disponible
en: https://www.snieg.mx/cni/escenario.aspx?idOrden=1.1&ind=1&gen=264&d=n
(Consultado el 16 de julio de 2020).
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