Rogelio
Javier Alonso Ruiz*
El 3 de agosto de 2020, el secretario
de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, participó en la conferencia matutina
presidencial para dar a conocer el regreso a clases. Si bien las expectativas
para el discurso del secretario eran altas, el asunto medular del mensaje se
centró predominantemente en la participación de las grandes cadenas televisivas
del país en el programa Aprende en casa II. Se ensalzó a la televisión y a sus
propietarios por su notable voluntad hacia la causa educativa. La estampa resultó decepcionante para muchos:
magnates de cadenas televisivas que años atrás contribuyeron al linchamiento
mediático de los docentes, encabezando un anuncio tan esperado en materia
educativa, sin siquiera asomarse algún profesor entre los asistentes. A partir
de ello, se generó una polémica en torno al papel que jugaría la televisión en
la siguiente edición del programa educativo a distancia federal.
La estrategia federal de educación a
distancia intenta relacionar a la televisión y el docente. En este sentido, la
SEP (2020), indica que “en aquellos lugares donde se puedan observar los
programas educativos por televisión, no existan dos estrategias distintas de
formación para alumnas y alumnos” (p.13), señalando además que la labor del
profesor (explicar, despejar dudas, proponer actividades de acompañamiento,
etc.) deberá sujetarse a lo presentado en los programas de televisión. El docente tendrá que “conocer la
programación semanal de Aprende en casa II para planificar el acompañamiento
pedagógico” (SEP, 2020, p. 17) y, posteriormente, decidir sobre “las
actividades para profundizar, avanzar en la comprensión o ejercitar
conocimientos, sin saturar de demandas a estudiantes y sus familias” (SEP,
2020, p. 8).
Aunque se da libertad al profesor de
diseñar acciones para conducir el aprendizaje de sus alumnos, el rumbo de éstas
sería marcado por la programación televisiva. Entonces, de acuerdo al
planteamiento oficial, se despojaría al profesor de la facultad de seleccionar
los contenidos de acuerdo a las necesidades del grupo atendido, aunque no se le
limita en torno a la creación de actividades propias. Así pues, no se elimina
el papel del docente, pero parecería estar sujeto en cierta medida al orden que
marque la televisión.
Existe un factor que dentro de la
estrategia Aprende en casa II pudiera dificultar la relación entre el profesor
y la televisión: el tiempo. En la
definición de la labor docente a distancia, resalta el hecho de que se exija no
saturar de demandas a los alumnos, haciendo eco de uno de los reclamos más sentidos
el ciclo escolar pasado, que propició que la Comisión Nacional para la Mejora
Continua de la Educación (MEJOREDU) aconsejara “evitar la tentación de
reproducir los tiempos y las cargas de trabajo escolares en el hogar”. En este
sentido, si los programas de televisión duran dos horas y media para educación
primaria y tres horas para educación secundaria, ¿de cuánto tiempo dispondrán
los profesores para las actividades complementarias a las que la estrategia
federal los faculta? ¿Queda tiempo suficiente, después de ver por tres horas la
televisión, para realizar actividades adicionales significativas sin aproximarse
a la extensión de las jornadas escolares?
Sobre la calidad de los programas de
televisión, evidentemente habrá que esperar a conocer las primeras emisiones de
la nueva edición para emitir un juicio al respecto, lo cual sucederá hasta el
14 de septiembre. La escasa autocrítica de la autoridad educativa federal en
cuanto a la calidad de la enseñanza y los aprendizajes durante la educación a
distancia pudiera brindar pocas esperanzas en cuanto a modificaciones
sustanciales a estos recursos. Los nuevos programas deberán evitar caer en el
enciclopedismo de algunos de sus antecesores y evadir el deseo de reproducir
los esquemas de una clase de aula, a través de la pantalla. La selección de
contenidos también deberá ser un aspecto al que se tenga que poner atención
especial, pues no todos son aptos para ser abordados por televisión.
Una de las críticas más frecuentes
hacia la nueva estrategia de educación a distancia tienen que ver con el riesgo
de propiciar una educación bancaria a partir del uso de la televisión. Si bien
los programas televisivos de la segunda edición de la estrategia aún no son
emitidos, las sospechas son bien fundadas. En la primera versión de la
estrategia, se caracterizaron por el abuso de preguntas orientadas hacia
conocimientos meramente declarativos, incurriendo ocasionalmente en errores en
los enfoques de enseñanza de las asignaturas. Hasta el momento, la única
modificación que se conoce a los programas de televisión es la inclusión de
conductores de televisión, con el propósito de mejorar la comunicación con los
espectadores y hacer más fluidos los programas. Será tarea del docente valorar
la pertinencia de los programas; si se deja obrar a la televisión por sí sola,
el riesgo de convertir al aprendizaje en un fenómeno de consumo y
almacenamiento se pudiera convertir en realidad.
Los maestros no tan fácilmente se
dejarán desplazar por la televisión: son abundantes los casos de creatividad, vocación
y capacidad de profesores que han asumido su rol de manera ejemplar durante la
pandemia. Segura y afortunadamente, la opción televisiva no será contemplada de
manera acrítica por los docentes, a pesar de lo estipulado en los documentos
oficiales. La experiencia del ciclo escolar anterior puso de manifiesto que muchos
maestros prefirieron privilegiar sus propuestas didácticas por encima de los
programas de televisión, que en muchas ocasiones no fueron pertinentes para las
necesidades del contexto escolar que atienden. Si bien no hay mucho que
regatear en términos de ampliación de la cobertura, si los programas
televisivos no tienen una mejora sustancial (en la parte pedagógica) es
probable que muchos docentes, al igual que en la experiencia pasada, los hagan
a un lado.
*Rogelio
Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc.
Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto
Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación
Primaria y Maestro en Pedagogía.
Twitter: @proferoger85
REFERENCIAS
SEP (2020). Orientaciones para apoyar el estudio en casa de niñas, niños y
adolescentes. Educación preescolar, primaria y secundaria. México: autor.
MEJOREDU (2020). 10 sugerencias para la educación durante la emergencia por COVID-19. México:
autor.
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