Rogelio
Javier Alonso Ruiz*
Además de los libros de texto y los
cuadernos de trabajo, uno de los soportes de la estrategia Aprende en casa II
es la televisión. Los nuevos programas televisivos, disponibles a partir del 14
de septiembre, intentarán contribuir al aprendizaje de los estudiantes.
Desafortunadamente, en los discursos oficiales y las encuestas sobre la primera
experiencia educativa a distancia, poco se aborda acerca de la calidad de los
procesos de enseñanza y aprendizaje, implícitos en ellos los programas de
televisión. A partir de la revisión de cinco de éstos, de educación primaria
–tres de quinto y sexto grados (de Matemáticas, Geografía y Ciencias Naturales)
y dos de tercero y cuarto grados (de Matemáticas) –, se detectan algunos
aspectos que deberán modificarse en las nuevas emisiones, así como otros que
deberán continuar.
En los programas de televisión
analizados se observa una monotonía en la estructura de los mismos: el
desarrollo consiste básicamente en la sucesión de videos y el posterior
planteamiento de preguntas por parte del presentador, siendo estos dos recursos,
prácticamente, los únicos de los que se echa mano. Las clases se vuelven
predecibles. Cabe mencionar, con respecto a las preguntas de los conductores,
que se debe evitar su abuso: en la clase del primero de mayo de Matemáticas,
para tercero y cuarto grados, que duró 22 minutos, se lanzaron once preguntas a
los estudiantes, es decir, un promedio de dos por minuto, bombardeo enfocado
principalmente a conocimientos declarativos. La respuesta a preguntas no debe
ser el producto exclusivo de los programas de televisión: los alumnos pueden
elaborar dibujos, esquemas o reflexiones, entre muchas otras más producciones
que pueden dar cuenta del aprendizaje de los niños.
El proceso de selección de los videos
que se utilizan en los programas debe ser mucho más cuidadoso, en aras de
evitar información descontextualizada o excesiva. Por ejemplo, para desarrollar
en los alumnos de quinto y sexto grados los conocimientos relativos al uso de
medidas estándar y sus múltiplos y submúltiplos, se recurre a videos donde se
abordan conceptos muy alejados del alcance de los alumnos, como el IPK
(Prototipo Internacional del Kilogramo, por sus siglas en inglés). Lo mismo
sucede en la clase de Ciencias Naturales de los mismos grados, del 27 de abril,
donde se exponen mediante un video los resultados de una investigación acerca
de los hábitos alimenticios en Argentina. Volviendo a los materiales de
Matemáticas, se hace alusión a instituciones y secretarías de aquel país sobre
los patrones de medida y su relación con organismos internacionales.
Evidentemente, la información presentada es ajena al entorno conocido por los
niños, difícil de asimilar y poco relevante para los objetivos de aprendizaje.
Aunque la vocación de la televisión es
la comunicación unidireccional, es necesario también advertir el papel
predominantemente pasivo de los alumnos. La mayor parte del tiempo los
estudiantes observan videos y son pocas las ocasiones para algún tipo de
actividad que promueva un ejercicio más activo de la mente. Quizá la
recuperación del libro de texto, al cual se hace referencia al final de las
sesiones sólo para especificar las páginas en las que se abordan los temas,
pudiera ser un elemento para propiciar un papel más dinámico en los
estudiantes. Los programas de televisión no deben olvidar que lo sustantivo de
una clase no es que el alumno escuche una explicación, sino que realice
actividades que le permitan modificar sus esquemas de pensamiento y lo
conduzcan al aprendizaje. ¿Será esto posible a través de la televisión?
Especialmente en los programas de
Matemáticas se aprecia una situación preocupante con respecto a la conducción
de los procesos didácticos: el desapego de los enfoques de enseñanza. Una clase
para alumnos de tercero y cuarto grados contiene un error tan básico como
iniciar mediante el planteamiento de procedimientos formales para restar
fracciones. La explicación, como ya se dijo, se da al inicio, cuando lo
recomendable es que este tipo de intervenciones por parte del profesor, en las
que se aproxima al conocimiento convencional, se sitúen cuando los alumnos ya
tuvieron la posibilidad de interactuar con el objeto de estudio; esta situación
se repite en la clase de Geografía de los mismos grados, del 27 de abril,
cuando la parte inicial de la clase se destina a definir el concepto de calidad
de vida. No se incluye en la clase de Matemáticas uno de los elementos fundamentales
de su enfoque pedagógico: la resolución de problemas.
En algunos de los programas revisados
se observa debilidad en cuanto a la correspondencia entre los propósitos de
aprendizaje y las actividades propuestas. Por ejemplo, en la clase de Matemáticas
de quinto y sexto grados del siete de mayo, que pretendía que los estudiantes
conocieran la utilidad de medir la magnitud del peso, utilizar las unidades de
medida estándar y sus múltiplos y submúltiplos, simplemente se les pide a los
niños que pregunten a sus familiares cuál es su peso en kilogramos y lo
transformen a gramos; buena parte de la clase se destina a conocer un museo
argentino sobre balanzas o a revisar, de manera mecánica, los procedimientos
para transformar múltiplos y submúltiplos del gramo. El propósito inicial se
fue diluyendo en el transcurso de las actividades.
¿Qué conservar? En los programas
revisados se observan dos elementos que deberían continuar y consolidarse en
las nuevas emisiones. El primero de ellos es el uso de casos: en la clase de
Ciencias Naturales para alumnos de quinto y sexto grados, se utiliza un video
que expone una historia de un niño con mala alimentación; a partir de él, el
alumno puede deducir buenos y malos hábitos alimenticios, sin la necesidad de
que estos conocimientos le sean proporcionados mediante una explicación formal.
La televisión puede representar un instrumento poderoso para la presentación de
historias, testimonios, paisajes o presentaciones artísticas, entre otros
recursos, a partir de los cuales se puedan propiciar aprendizajes.
En segundo lugar, en la clase
mencionada, aunque quizá no con la intensidad deseable, se observan actividades
que propician el involucramiento de la familia y de las actividades propias del
hogar: se pide que, en conjunto, el alumno y su familia reflexionen sobre la
alimentación que llevan en casa. Actividades como la preparación de un alimento
en familia, además de las múltiples áreas de conocimiento que abarca, pudiera
representar una experiencia a partir de la cual se promuevan aprendizajes
significativos en los estudiantes. Ya múltiples voces claman por el
aprovechamiento de la familia en las tareas de aprendizaje, formal o informal,
de acuerdo a sus posibilidades.
Como se observa, el uso de los
programas de televisión en la estrategia educativa a distancia debe ser
revisado profundamente, sobre todo en términos pedagógicos, de modo que las
nuevas emisiones gocen de mayor aceptación. Debe aprovecharse el indudable potencial
que, en cuanto a cobertura, tiene este medio de comunicación, presentando
además una oferta pertinente para la comunidad educativa. Abarcar menos y
profundizar más, en cuanto a contenidos, es un planteamiento sencillo que
podría redundar en mejores aprendizajes, alejando a la televisión de la tentación
de querer cubrir lo que la escuela hace cotidianamente. Se debe recordar que
será el único medio de aprendizaje para muchos alumnos, sobre todo de aquellos en
cuyos hogares no existen condiciones materiales, sociales ni culturales
propicias para la actividad escolar. Ojalá la televisión no sea una extensión de
la lastimosa tradición en la que los más desfavorecidos reciben las peores
oportunidades educativas. Que no sea una “televisión para jodidos” como, se
dice, alguna vez sugirió “El Tigre” Azcárraga, hijo del fundador de una de las
cadenas hoy aliadas de la educación a distancia.
*Rogelio
Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc.
Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto
Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación
Primaria y Maestro en Pedagogía.
Twitter: @proferoger85
REFERENCIAS
Programas analizados:
Ciencias Naturales, 5° y 6°. 27 de
abril. https://www.youtube.com/watch?v=Qcnv6uCqcJI
Geografía, 5° y 6°. 27 de abril. https://www.youtube.com/watch?v=3ua7YGT8kOE
Matemáticas, 3° y 4°. 8 de mayo. https://www.youtube.com/watch?v=Aatam51P9fM
Matemáticas, 3° y 4°. 1 de mayo. https://www.youtube.com/watch?v=CkLKv_4Kyuc&t=1113s
Matemáticas, 5° y 6°. 7 de mayo. https://www.youtube.com/watch?v=x9l08SxioUE&t=3s
Excelente observación Profesor, en mi caso imparto la asignatura de tecnología en secundaria y varios videos es información obsoleta (sin duda relevante en esta materia) o fuera de lugar. Varios de los temas, en especial en 2° abordan situaciones fuera de lugar, por ejemplo: en el tema de peligros caseros y tecnología que pasan ayer, inicia de forma correcta, mostrando como actuar en una situación de accidente por descarga eléctrica, pero después, se convierte mas en un tema de historia donde se habla del uso de materiales en época prehispánica. Ojalá que los nuevos contenidos sean mejores.
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