Rogelio Javier Alonso Ruiz*
El boletín más reciente, el número 40
(SEP, 2020), ya con la nueva secretaria, Delfina Gómez Álvarez, se titula “Nueve
de cada 10 alumnos adquirió nuevos aprendizajes con la estrategia Aprende en
Casa”. Muchas dudas quedan en el aire al revisar minuciosamente el comunicado. ¿Qué
aprendizajes? ¿Cuántos aprendizajes? ¿Cómo comprobaron esos aprendizajes? ¿A qué niños y jóvenes hace alusión? Y una pregunta mucho más de fondo: ¿qué
entienden por aprendizaje? El dato se deriva de una encuesta nacional, de la
que no se dieron mayores detalles técnicos, aplicada a más de cuatro millones
de actores educativos. No hay contexto en los resultados presentados.
¿Qué motiva a las autoridades
educativas federales, desde ya hace algunos meses, a decir que el aprendizaje
se ha dado en el 90% de los casos? Una probable explicación puede ser el hecho
de que la televisión, medio principal de la estrategia, tiene precisamente
tales niveles de penetración en los hogares mexicanos. Se compararía
probablemente ver la televisión con aprender. Tal confusión podría ser
entendible en alguien que, por su pasado laboral, equipara el éxito educativo
con los ratings de televisión, no así de quien, a su llegada a la SEP, tiene
como principal carta de presentación el conocimiento de las entrañas de la docencia
y la escuela mexicana. ¿Estará convencida la ex maestra de grupo y ex directora
de escuela de los datos que publica la dependencia que dirige?
La misma Comisión Nacional para la Mejora
Continua de la Educación (MEJOREDU) ha señalado previamente que “en promedio
16.5% de informantes [docentes] reportó que la mitad o más de sus estudiantes
no pudo participar en la educación a distancia” (MEJOREDU, 2020, p. 56). Por esta
simple falta de participación en la educación a distancia, las cifras que dan
título al boletín sucumben. A eso habría que agregar otros factores, invisibles
en los boletines, pero que sin duda afectan al aprendizaje, como el abandono
escolar, las carencias culturales y materiales en el hogar, las fricciones
entre familias y maestros, los ambientes socioemocionales nocivos en el hogar,
el trabajo infantil y muchos otros que posiblemente estén ganando presencia en
el escenario que ha traído la pandemia.
Bien sabe, o debería saber, la maestra
Delfina Gómez que hablar de aprendizaje va más allá de la mera comunicación por
mensajería instantánea, de encender la televisión o de seguir con el ciclo
escolar. Nada tiene de malo ver el vaso medio lleno, pero ese optimismo no debería
ser motivo para magnificar lo conseguido o para ocultar los graves problemas
por atender: ni siquiera con los abundantes e invaluables esfuerzos del
magisterio las cifras aludidas se acercan a la realidad. Más allá de la inexactitud
del dato publicado, lo que preocupa es la continuidad del discurso alegre y
muchas veces infundado del ex secretario, un discurso frecuentemente alejado de
lo que sucede realmente en la cotidianeidad de los docentes y alumnos. La
maestra tiene que hacer valer su perspectiva desde el aula y no desde la
oficina.
*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor
colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.)
y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del
Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en
Pedagogía.
Twitter: @proferoger85
REFERENCIAS
MEJOREDU (2020).Experiencias de las comunidades educativas durante la contingencia
sanitaria por covid-19. Educación básica. México: autor.
SEP (2020). Boletín No. 40. Nueve de cada 10 alumnos adquirió nuevos aprendizajes
con la estrategia Aprende en Casa. Disponible en: https://www.gob.mx/sep/es/articulos/boletin-sep-no-40-nueve-de-cada-10-alumnos-adquirio-nuevos-aprendizajes-con-la-estrategia-aprende-en-casa?idiom=es
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