Según información proporcionada por un
medio local (t.ly/BTlU), el profesor Adolfo Núñez González, secretario de
Educación y Cultura de Colima, aseveró que en el Instituto Colimense de la
Infraestructura Educativa (INCOIFED) había “delincuentes de cuello blanco”,
cuyos daños a las instalaciones escolares eran mayores que aquellos provocados
por “el delincuente que llega por las noches a robar”. Es muy probable que en
su amplia trayectoria laboral el experimentado docente haya sido testigo de lo
que muchos han presenciado en las escuelas: el descuido de la infraestructura y
la inflación irracional de los costos de obras y equipamiento. Ya sea por
omisión o por corrupción, el estado físico de muchos planteles se ha
deteriorado.
En un sistema educativo en el que, de
acuerdo a cifras recientes (INEE, 2016) ni siquiera la mitad de los
centros escolares de educación primaria del país cuentan simultáneamente con
servicios básicos de agua, luz y drenaje (45%) y tres de cada 10 planteles no
dispone de tazas sanitarias suficientes para sus alumnos, las acusaciones
lanzadas por el profesor Núñez González parecen tener un respaldo irrefutable.
Sin embargo, es necesario no perder de vista lo que sucede en la entidad, sobre
todo ante la ola de robos –de magnitudes probablemente inéditas– de la que han
sido víctimas los planteles educativos colimenses.
En la entidad no son pocos los
ejemplos de desatención a la infraestructura educativa por parte de las
autoridades. En Cuauhtémoc, Colima, una secundaria en un pequeño poblado fue
víctima de actos vandálicos en sus instalaciones hidráulicas. Pese a las
múltiples solicitudes y que incluso una de las maestras ha costeado, con
recursos propios, los materiales necesarios, las reparaciones seguían sin
realizarse al menos hasta hace algunas semanas. En el centro de la capital fue
robada tubería de una escuela primaria, afectando el suministro de agua. La
autoridad se limitó a cuantificar los daños y señalar que, en caso de requerir
sus servicios, los trámites iniciarían un mes después; los padres de familia
terminaron pagando los arreglos. Otras escuelas siguen a la espera de bombas
hidráulicas o reparaciones en sus instalaciones eléctricas para poder reanudar
sus labores presenciales.
Tan lamentables los actos de
corrupción señalados por el secretario, como regatearle a una escuela la
adquisición de equipos o materiales por, en algunos casos, dos mil o tres mil
pesos. Tan nocivo el mal uso de recursos, como la excesiva lentitud en la
atención a reparaciones de la infraestructura escolar. Se afecta al derecho
educativo al permitir actos de corrupción en la construcción de escuelas, pero
también al atentar contra la gratuidad del mismo.
La identificación de “delincuentes de cuello blanco” de la infraestructura educativa obliga a realizar las investigaciones pertinentes y, en su caso, castigar las irregularidades en las que se incurrieron. De lo contrario, los señalamientos se diluirían en un episodio más de impunidad, de esos tan frecuentes que ya hasta provocan enfado. Ojalá, por el bien de la educación colimense, se sancione lo que se hizo mal en el pasado, pero, también, se juzgue con rigor lo que se hace en el presente. Que no se vea únicamente la paja en el ojo ajeno. Ojalá la administración gubernamental entrante inaugure una época en la que se salvaguarde la dignidad de un espacio físico que debería ser sagrado para la sociedad: la escuela. Que no se escatime en la decencia de las escuelas. Que nunca más se vuelva a escuchar la nefasta respuesta, "es que no hay dinero", cuando se trate de recuperar el agua, la electricidad o el drenaje. La acusación lanzada por el secretario es fuerte; de la misma intensidad deberá ser el ejemplo que se ponga. Tienen la oportunidad.
*Rogelio
Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc.
Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto
Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación
Primaria y Maestro en Pedagogía.
Twitter:
@proferoger85
REFERENCIAS
INEE (2016). Infraestructura,
mobiliario y materiales de apoyo educativo en las escuelas primarias. ECEA
2014. México: autor.
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