Los maestros inconformes
concertaron una reunión con los diputados locales para exponer en el Congreso
las graves irregularidades de las que fueron víctimas durante el proceso de
evaluación. Ahí, la profesora, al dar a conocer su caso, lloró de impotencia y
coraje tras haber sido partícipe de un ejercicio evaluativo que atentó, según
dijo, hasta con su salud y su vida familiar. Coincidió con los demás profesores
en el sentido de que la evaluación implementada de ninguna manera era un medio
adecuado para valorar la labor docente. Meses después, al conocer los
resultados de la evaluación, el estado de ánimo de la profesora dio un giro
inesperado: al saberse “idónea” gritó a los cuatro vientos (en redes sociales)
su enorme gratitud con medio mundo por el logro conseguido. Es más, hasta
presumió el lugar que obtuvo. Fue gustosa a las ceremonias organizadas por las
autoridades para recibir los reconocimientos que la acreditaban, supuestamente,
como una maestra de élite. No cabía de orgullo, cambió inexplicablemente el
ceño fruncido y las lágrimas de rabia por una sonrisa de oreja a oreja.
No son pocos los casos como el
anterior. Incluso hay situaciones aún más extremas: profesores que criticaban
férreamente a la evaluación pero que al final del proceso, al ser catalogados
como “destacados”, no dudaron en aceptar la invitación a Los Pinos para tomarse
la foto con algunos de los personajes que han impulsado una reforma nociva para
los derechos magisteriales. Los docentes deben ser congruentes con las acusaciones
que han hecho a la evaluación. ¿Por qué celebrar la idoneidad cuando días antes
negábamos la pertinencia de esa evaluación? ¿Entonces sólo cuando la evaluación
arroja un resultado favorable, ésta tiene validez? ¿Fueron las quejas simplemente
un medio para “curarse en salud” en caso de tener un resultado reprobatorio? Por lógica, si un examen no sirve para descalificar la labor de un docente, tampoco sirve para determinar su idoneidad. Gozar del
reconocimiento y “prestigio” que da esta evaluación es legitimarla.
Sin duda los artífices de la
Reforma Educativa están logrando su cometido con los docentes y su evaluación. Están
consiguiendo que, a través de estímulos (reconocimiento social, aumento de
percepciones, promociones), los profesores vayan poco a poco aceptando estas
formas de evaluación a todas luces defectuosas.
Los docentes deben recuperar una visión colectiva, ver más allá de sus
propias narices. Deben recordar que esa evaluación que hoy les favoreció, es la
misma por la que están siendo injustamente despedidos gran cantidad de colegas,
maestros que, al igual que ellos, se esfuerzan cotidianamente y hacen lo mejor
que pueden con lo que tienen a su alcance y que comparten también la gran
pasión de guiar a la juventud del país.
Twitter: @proferoger85
Twitter: @proferoger85
Triste pero es la cruda realidad que se observa entre los docentes. Confío en que el magisterio despierte del trance causado por el canto de sirenas, en el sentido que es exactamente la estrategia que la SEP planteó ante el rechazo generalizado que se tuvo desde el momento de anunciar la evaluación dirigido hacia seno magisterial. Espero que los maestros despierten antes que sea demasiado tarde, que se den cuenta que los incentivos y resultados de idoneidad a la que pudieran hacerse acreedores, tan solo con carnada para atrapar a los más incautos.
ResponderEliminar...autoestima baja, individualismo, analfabetismo político, igual a ...síndrome de la chimoltrufia, como digo una cosa digo otra...
ResponderEliminarYo fui destacada en la evaluación docente y no recibí ninguna invitación a un sólo evento
ResponderEliminarConozco 4 casos (en mi escuela fueron varios los "convocados") y 2 pagaron asesorías externas y salieron con buen desempeño, los otros 2 casos no pagaron nada pero al final cansados y frustrados no hicieron la última etapa de planeación argumetada y salieron NO idóneos. Este año no han recibido asesoría NINGUNO ni cursos, ahora deben los "reprobados" volver a evaluarse y para colmo soportar la crítica social de compañeros, autoridades y padres por no tener $$$ para pagar asesoría.
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