Propuesta Curricular y Modelo Educativo 2016: las mismas metas, los mismos medios.

El pasado 20 de julio de 2016, Aurelio Nuño, Secretario de Educación, presentó los documentos oficiales que pretenden regir el rumbo educativo del país: la Propuesta Curricular y el Modelo Educativo 2016. Dichos materiales, supuestamente, serán sometidos a consulta y análisis de todos los sectores del país, aunque, justificadamente, gran parte del magisterio duda de la autenticidad de los procesos de consulta impulsados por las autoridades, sobre todo cuando, como en esta ocasión, pareciera que es producto de la presión política y social y el deterioro de la legitimidad de una Reforma cada vez menos aceptada.

Uno de los asuntos más importantes que se abordan en estos documentos tiene que ver con la organización del currículo. Un acierto de la propuesta radica en otorgar a éste mayor flexibilidad: finalmente, las propias escuelas podrán definir parte de su currículo. De este modo, existe un componente denominado “Autonomía curricular”, en el que los centros escolares podrán, de acuerdo a sus necesidades y características, por ejemplo, profundizar en algunos aprendizajes o impulsar proyectos de impacto social. Aunque las propuestas no son muy claras en cuanto a los mecanismos para concretar la autonomía curricular por parte de las escuelas, aparenta ser un paso importante para la organización escolar.

Otra de las novedades que se plantean es la aparición de un área curricular denominada “Desarrollo emocional”. Aunque en algunas asignaturas del plan vigente se abordan cuestiones referentes a la comprensión y manejo de las emociones, resolución de conflictos y el fomento de actitudes favorables para la convivencia social, resulta interesante que ahora se dé un espacio específico dentro del currículo para trabajar este tipo de temas. Lo anterior resulta aún más plausible al quedar demostrado que el estado emocional del alumno es fundamental para efectuar de manera exitosa los procesos de aprendizaje. Asimismo, el desarrollo emocional goza de pertinencia tomando en cuenta que la sociedad en la que vivimos cada vez manifiesta mayores dificultades para convivir de manera armónica.

Dentro de los documentos analizados, se señala que algunos de los problemas curriculares más importantes son la estructuración por áreas de conocimiento y la saturación de asignaturas e información. A pesar de que las autoridades parece que tienen claro este problema, resulta incomprensible y contradictorio que, al observar la malla curricular, se adviertan incluso más asignaturas que en el plan de estudios todavía vigente. Es evidente que era necesario un reacomodo del currículo, quizá poniendo como eje central a grandes temas y no a asignaturas, tal como lo hacen otros países. Sin duda, se volvió a tropezar con la misma piedra.     

Aunque expresados con diferentes palabras, los principios pedagógicos que rigen la presente propuesta son prácticamente los mismos que en el Plan de Estudios 2011 de Educación Básica. En ambos casos, destacan ideas como: centrar la atención en el alumno y el aprendizaje, planificar para favorecer el aprendizaje, diseñar situaciones didácticas pertinentes y evaluar para aprender, entre otras. Asimismo, los propósitos de la Educación Básica esencialmente no se han modificado, pues en el Perfil de Egreso siguen vigentes rasgos como la comunicación efectiva, la resolución de problemas, el cuidado del cuerpo y el ambiente, la comprensión de fenómenos naturales y sociales, la apreciación del arte, etc. De este modo, la innovación que se presumía al lanzar esta propuesta queda en entredicho: ¿qué de novedoso tiene tratar de llegar a la misma meta (perfil de egreso) haciendo uso de los mismos medios (principios pedagógicos)?

Si nos adentramos en los apartados de la propuesta referentes a las asignaturas, es posible confirmar que los medios pedagógicos prácticamente han quedado intactos. Por ejemplo, en Español, las prácticas sociales del lenguaje siguen siendo el fundamento principal de enseñanza; en Matemáticas, se sigue privilegiando la resolución de problemas y la interacción entre pares para diseñar las situaciones didácticas. Sin tratar de decir que los enfoques didácticos de las materias señaladas sean erróneos o que deban de sufrir cambios bruscos cada ciertos años, llama la atención que prácticamente no haya una pizca de innovación en los documentos presentados. ¿No sería decepcionante comprar un automóvil 2016 y, al abordarlo, nos encontráramos que tiene en esencia las mismas características que uno del 2011? Pues bien, eso mismo pasó con el tan anunciado nuevo Modelo Educativo: un fraude.

En suma, la Propuesta Curricular y el Modelo Educativo 2016 tienen algunas ideas interesantes pero, en su mayoría, es notoria la falta de innovación. Con lo anterior, se justifican las sospechas en torno a que la presentación de estos documentos buscaba únicamente darle un toque educativo a algo que en realidad carece totalmente de ello: la Reforma “Educativa”. Es pues un hecho pues que a los impulsores de estas modificaciones legales poco les interesa lo que sucede en las aulas, al grado de que su tan publicitada propuesta pedagógica es prácticamente un refrito de las ideas que actualmente rigen lo que sucede cotidianamente entre niños y maestros. El hecho de que esta propuesta sea sometida a consulta cuando ya las modificaciones legales fueron aprobadas tiempo atrás, demuestra el poco peso que sus mismos autores le dan: ¿no hubiera sido más lógico definir el Modelo Educativo y, posteriormente, hacer los cambios legales pertinentes?


Twitter: @proferoger85

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