El spot oficial comienza con
estudiantes aburridos repitiendo en voz alta, como hipnotizados, reglas
gramaticales; de repente, tras la pregunta súbita de un alumno en torno a la
pertinencia de lo que hacen, la docente cambia mágicamente su metodología: se
observa una clase práctica, niños entusiasmados, materiales didácticos
atractivos, actividades novedosas, etc.
En suma, la propaganda supone que ese cambio inesperado en el proceder
de la profesora es un reflejo de lo que se espera en las aulas con la
implementación del nuevo Modelo Educativo, el cual, según el Secretario de
Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, contiene ideas para “un nuevo
planteamiento pedagógico”, orientaciones que conducirán a hacer realidad una
auténtica revolución educativa. La visión, como se observa, es sumamente
ambiciosa y, por ende, implicaría acciones contundentes para transformar la
realidad educativa mexicana.
No obstante el optimismo de los
altos funcionarios y las altas expectativas generadas a partir de la propaganda
oficial, al analizar el Modelo Educativo es posible advertir que las innovaciones
son escasas y, en algunos casos, lo que se presenta como novedoso en realidad lleva
ya varios años circulando. Como prueba de ello, el secretario Nuño en múltiples
apariciones públicas ha resaltado que el nuevo modelo privilegiará lo
pedagógico, teniendo el “aprender a aprender” como el fundamento esencial de la
propuesta. Según el Secretario de Educación, con su entrada en vigor, el modelo
permitirá erradicar prácticas como la memorización en aras de favorecer otras
como el razonamiento y la investigación, que les permitan a los alumnos seguir
aprendiendo a lo largo de sus vidas. Si bien “aprender a aprender” es una idea
que goza de gran aceptación en el ámbito educativo, no se puede decir de
ninguna manera que se trate de una novedad, pues desde 1994 Jacques Delors, al
definir los pilares de la educación, ya hizo mención acerca de esta habilidad trascendental.
Así pues, el fundamento pedagógico del supuesto modelo innovador en realidad
data de ideas de hace casi un cuarto de siglo.
En referencia específicamente a
lo que sucede en las aulas y al proceder de maestros y alumnos para concretar
los aprendizajes es posible identificar en el Modelo Educativo dos apartados:
“Ambientes propicios para el aprendizaje” y “Principios pedagógicos de la labor
docente”. En el primero, resaltan tres conceptos clave: el aprendizaje como
interacción social, el aprendizaje significativo y la evaluación como
herramienta para el aprendizaje. ¿Existirá algún docente al que le resulten
extraños o novedosos tales conceptos? En cuanto al aprendizaje como interacción
social, desde el Plan y Programas de Estudios 1993 se decía explícitamente, en
el enfoque de Matemáticas, que “el diálogo, la interacción y la confrontación
de puntos de vista ayudan al aprendizaje y a la construcción de conocimientos:
así, tal proceso es reforzado por la interacción con los compañeros y el
maestro” (SEP, 1994, p. 49). Sobre el aprendizaje significativo, cabe señalar
que su referente fundamental, David Ausubel, realizó sus aportaciones más
importantes a finales de los años sesentas y durante los setentas. Aunque
siguen siendo vigentes y han evolucionado, es evidente que sus postulados no
son recientes.
Asimismo, en el apartado que se
aborda, se destaca a la evaluación como un proceso que va más allá del
diagnóstico, cuyo fin supremo es la mejora del desempeño del estudiante. Habrá
que advertir a quienes intentan calificar de novedoso al Modelo Educativo que,
desde finales de los años noventa, una de las obras de María Antonia Casanova (La Evaluación Educativa, 1998) y que fue
ampliamente difundida por la SEP entre el magisterio mexicano, planteaba ya la
conveniencia de una evaluación de tipo formativa en la que se tomaran
decisiones inmediatas para perfeccionar los procesos evaluados.
En el apartado concerniente a los
principios pedagógicos, aquellos que orientan la actuación de los maestros para
propiciar el aprendizaje en sus alumnos, es decepcionante observar una
innovación prácticamente inexistente. Los principios pedagógicos del Modelo
Educativo son los mismos, en esencia, que los del Plan de Estudios 2011 e
incluso que las orientaciones pedagógicas del Plan y Programas de Estudio de
1993. Se sigue hablando, al igual que hace seis y 24 años, de poner al alumno
al centro de la tarea educativa, de evaluar para aprender, de la importancia
del trabajo colaborativo y la interacción social para la formación de
aprendizajes, de favorecer la inclusión, de la vinculación disciplinar, de la
recuperación de conocimientos previos de los alumnos, etc. Si bien la docencia
no es un campo que se caracterice por cambios repentinos y drásticos en
periodos cortos, aunado a que algunos de los principios señalados siguen
vigentes, resulta alarmante que prácticamente no haya ninguna novedad
importante en cuanto a los lineamientos de las acciones pedagógicas de los
docentes.
El perfil de egreso del Modelo
Educativo 2011, aquello a lo que los docentes orientan sus acciones
pedagógicas, es, al igual que los principios pedagógicos, esencialmente el
mismo que el del Plan de Estudios 2011. En ambos, destacan rasgos de los
estudiantes egresados tales como la utilización del lenguaje para comunicarse,
el manejo de la información, el análisis de situaciones y resolución de
problemas, la comprensión de fenómenos sociales, la apropiación de los valores
democráticos y para la convivencia y el disfrute del arte y de la actividad
física. Si bien se hace énfasis en el logro de habilidades socioemocionales, lo
cierto es que éstas ya estaban implícitas desde, al menos, seis años.
Resulta difícil suponer que para
una revolución educativa, tal como lo plantea Nuño, sean tan escasas las
innovaciones que se proponen a nivel de aula. Es hasta irresponsable catalogar
como revolucionario a un documento que en realidad plantea las mismas metas
(perfil de egreso) y propone conseguirlas con los mismos medios (principios
pedagógicos, entre otros) que su antecesor. Si bien no se pretende descalificar
algunos de los ideales que conforman el Modelo Educativo y que siguen siendo
efectivos, es lamentable que se pretenda hacer creer a los mexicanos que lo
planteado en tal documento es novedoso y representará un cambio sustantivo en
la manera de impartir clases, tal como lo sugieren los numerosos spots que
intentan sostener no sólo al Modelo, sino a la Reforma Educativa.
Twitter: @proferoger85
REFERENCIAS
SEP. Modelo Educativo para la Educación Obligatoria. México: SEP, 2017.
SEP. Plan de estudios 2011. Educación Básica. México: SEP, 2011.
SEP. Plan y programas de estudio. Educación básica. Primaria. México:
SEP, 1994.
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