*Rogelio
Javier Alonso Ruiz
Un solo dato estadístico engloba las
penurias educativas a las cuales se enfrenta gran parte de la población
indígena: de acuerdo a su nivel de escolaridad, se podría decir que al iniciar
su vida escolar, de tres indígenas, al cumplir 15 años de edad, sólo uno podrá
alcanzar niveles educativos superiores a la primaria. La cifra anterior no es
más que un reflejo de las repercusiones de las dificultades socioeconómicas
inherentes a la población indígena para ejercer el derecho a la educación. Según
la Encuesta Intercensal de 2015, realizada por el Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (INEGI) (citado por INEE, 2017a), 25 millones de
mexicanos se autoadscriben como indígenas, aunque sólo poco más de una cuarta parte
de esta población (7.3 millones) son hablantes de alguna lengua autóctona. La
información que presenta el INEGI deja entrever una vida difícil para éstos: 7
de cada 8 municipios indígenas (aquellos en los que representan el 70% o más de
su población) tienen un grado de marginación alto o muy alto (INEE, 2017a).
Las difíciles condiciones de bienestar
socioeconómico de la población indígena van acompañadas de condiciones
educativas lamentables. En efecto, 23.2% de los indígenas son analfabetas,
porcentaje cinco veces mayor al de los no indígenas (4.2%). Como ya se ha
dicho, el acceso y la trayectoria a la educación por parte de los hablantes de
lenguas indígenas están seriamente afectados: apenas uno de cada tres mayores
de 15 años tiene una escolaridad superior a la primaria completa. Este dato,
devastador por sí solo, se complementa con otros igualmente lamentables: en
2015, la tasa de asistencia de hablantes de lenguas indígenas en educación
primaria, secundaria y media superior era de 95.9%, 86.8% y 56.7%,
respectivamente, cifras eclipsadas por las de los no hablantes de lenguas
indígenas en los mismos términos: 98.1%, 93.9% y 74.4% (INEE, 2018, p. 113). El
porcentaje de alumnos con extraedad grave (dos o más años por encima de la edad
idónea para cursar el grado escolar en el que se encuetra) es un dato
significativo para determinar la calidad del avance escolar, pues en él inciden
directamente situaciones como la reprobación o el abandono escolar. En ese sentido, las escuelas primarias
indígenas (4.7%) tienen un porcentaje mayor que el de las primarias generales
urbanas (1.2%) (INEE, 2018, p. 123).
La escuela a la que asisten la mayoría
de los indígenas no es igual a la del mexicano promedio. Tan sólo en
infraestructura y tipo de organización, las diferencias son considerables. Aunque
en algunos aspectos, la infraestructura de las escuelas indígenas comparte
prácticamente las mismas adversidades que las escuelas generales, las primeras
presentan algunos datos realmente indignantes: una de cada cuatro primarias
indígenas (24.7%) carece de baños o sanitarios, más de la mitad no tiene internet (55.4%), tiene fisuras o
cuarteaduras graves en techos, muros o pisos (61.9%), casi dos de cada tres
(64.2%) tiene vidrios rotos o una tercera parte (36%) recibe los libros de
texto gratuitos durante la tercera semana del ciclo escolar o después (INEE,
2018). De manera particular, en las escuelas indígenas multigrado se presentan
condiciones materiales aún peores. El estudio Infraestructura, mobiliario y materiales de apoyo educativo en las
escuelas primarias. ECEA 2014 (INEE, 2016) revela carencias increíbles:
agua (14.8% de los planteles), energía eléctrica (12.4%), suficientes tazas
sanitarias para estudiantes (50%), mecanismos para eliminar aguas negras (22.2%),
paredes y muros (8.3%), pupitres en buenas condiciones (46.5%) y pizarrón o
pintarrón (8.1%).
En cuanto a la forma de organización,
la mayoría de las escuelas a las que asisten los indígenas son de tipo
multigrado. No obstante que el predominio de escuelas multigrado seguramente se
justifica en las condiciones de tamaño y dispersión de las poblaciones, esto no
elimina el hecho de que los indígenas tienen que ejercer su derecho a la
educación en planteles donde ni siquiera se les puede otorgar un maestro específico
de acuerdo al grado que estudian. Es de resaltarse que la presencia de la
organización multigrado es el doble en las primarias indígenas (65.9%) que en
las generales (32.7%). En cuanto al nivel preescolar, la proporción pasa al
triple: el 49% de las escuelas indígenas son de organización multigrado unitaria
(un profesor atiende los tres grados y la dirección), por sólo el 15.2% de los centros escolares generales. De este
modo, los indígenas van predominantemente a escuelas cuya calidad en el
servicio se ve afectada por razones diversas: falta de formación adecuada de
los profesores para el servicio en este tipo de escuelas, distracción de los
docentes en asuntos administrativos y de gestión (el profesor además debe fungir
como director), alta rotación de maestros y carencia de plan de estudios,
libros de textos y materiales didácticos ajustados al contexto multigrado,
entre otros (INEE, 2017c, pp. 315-316).
No sólo el acceso y la permanencia de
los indígenas en la escuela son temas preocupantes. Quienes, por ejemplo,
logran llegar al último grado de educación primaria (uno de cada dos indígenas)
o secundaria (uno de cada tres), lo hacen con carencias de aprendizaje
profundas, tal como lo revela la prueba Planea 2015. Aunque se puede decir que
los malos resultados no son exclusivos de algún tipo de escuela, lo cierto es
que las indígenas han obtenido los peores puntajes. Por ejemplo, en el examen
señalado, en el área de Lenguaje y Comunicación, el 80% de los estudiantes
indígenas se ubicaron en el nivel más bajo (por 49.5% de media nacional),
mientras que en Matemáticas, el 83.3% tuvo el nivel de logro más bajo (por
60.5% a nivel nacional) (INEE, 2017b). La crisis de logros de aprendizaje, de por sí
intensa a nivel nacional, se agudiza con la población indígena. Como si no
fuera motivo suficiente de alarma que tan pocos indígenas logren terminar la
primaria y la secundaria, escandaliza aún más el hecho de que lo hagan con
niveles de aprendizaje tan bajos.
Como ya se ha visto, la población
indígena está inmersa en condiciones socioeconómicas adversas que repercuten
directamente en las posibilidades de disfrutar plenamente el derecho a la
educación. Quizá por indiferencia o quizá por incapacidad (o incluso por ambas),
las acciones gubernamentales no han sido suficientes para revertir el círculo
vicioso al que se enfrentan los indígenas al acceder a una escuela: dificultades
socioeconómicas, fracaso escolar y perpetuación de las desigualdades. Así pues,
el ejercicio del derecho a la educación por parte de los indígenas está
seriamente afectado. La situación de la escuela indígena representa uno de los
peores defectos de nuestro sistema educativo: su inequidad, es decir, dar menos
a quien más necesita. Voluntaria o involuntariamente, el Sistema Educativo
Mexicano está brindando el peor servicio a uno de los grupos de población que
más requiere la tan anhelada movilidad social a partir del ejercicio del
derecho a la educación. En suma, se requiere atender de fondo los problemas que
aquejan a las escuelas indígenas: desde pedagógicos, tales como el diseño de
políticas educativas específicas para las escuelas multigrado, hasta socioeconómicos,
tales como la elevación de los niveles de bienestar de la población indígena,
acción sin duda difícil que incluso sobrepasa los alcances de la institución
escolar. Además, es urgente redoblar los esfuerzos para mejorar su
infraestructura y hacer de las escuelas indígenas lugares dignos ya no sólo
para aprender, sino, increíblemente, para cubrir una necesidad fisiológica.
*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Docente
colimense de Educación Primaria (Esc. Prim. Distribuidores Nissan No. 61 T.V.)
y de Educación Superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de
Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía.
Twitter:
@proferoger85
REFERENCIAS
INEE. Breve panorama educativo de la población indígena. Día Internacional de
los Pueblos Indígenas. México: autor, 2017a.
INEE. Informe de resultados PLANEA 2015. El aprendizaje de los alumnos de
sexto de primaria y tercero de secundaria en México. Lenguaje y Comunicación y
Matemáticas. México: autor, 2017b.
INEE. Infraestructura, mobiliario y materiales de apoyo educativo en las
escuelas primarias. ECEA 2014. México: autor, 2016.
INEE. La Educación obligatoria en México. Informe 2018. México: autor,
2018.
INEE. Panorama Educativo de México 2016. Indicadores del Sistema Educativo
Nacional. Educación Básica y Media Superior. México: autor, 2017c.
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