Rogelio Javier Alonso Ruiz*
Se estima que el Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación (SNTE) tiene aproximadamente 1,619,990 agremiados
y está dividido en 61 secciones sindicales, con presencia en las 32 entidades
federativas del país. La compleja estructura del SNTE lo posiciona como el
sindicato más grande de América Latina, teniendo una influencia que se extiende
por toda la geografía nacional y que sobrepasa los ámbitos meramente laborales.
La participación política del sindicato ha sido constante desde su creación,
pero no es sino hasta 2005, tras diferencias entre la entonces dirigente del
SNTE y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), al cual se adhería el
sindicato, que surge “el partido de los maestros”: Nueva Alianza. No obstante que
“el artículo 41 constitucional señala que queda prohibida la intervención de
organizaciones gremiales o con objeto social diferente en la creación de
partidos y cualquier forma de afiliación corporativa” (Hernández, 2011, p.
405), la injerencia de miembros de comités sindicales en las tareas partidistas
turquesa es una realidad.
Si bien la influencia tras bambalinas
de la otrora dirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, para mover las
aguas de la política nacional está fuera de duda, el trayecto del partido Nueva
Alianza en la vida política del país no registra triunfos importantes: la
mayoría de sus “victorias” se han dado al aliarse con fuerzas políticas
mayores. No obstante lo anterior, nunca
el partido había tenido unos resultados tan catastróficos como los obtenidos en
las elecciones federales de 2018. Con 92% de casillas electorales capturadas
por el Instituto Nacional Electoral (INE) al momento de escribir este texto, el
partido presenta resultados que lo tienen al borde de perder el registro
nacional: 1.11% en la elección presidencial, 2.45% en senadurías y 2.63% en
diputaciones. Las cifras anteriores, calculadas quitando los votos nulos, como
determina la Ley, son insuficientes para alcanzar el 3% mínimo que requiere en
alguna de esas tres votaciones para conservar su registro.
Ante estos resultados tan pobres surgen
varias interrogantes: ¿cómo un partido como Nueva Alianza, que está vinculado a
una organización con más de millón y medio de miembros, como el SNTE, pudo obtener
resultados tan devastadores? ¿no es la base de agremiados lo suficientemente
robusta para cosechar mejores cuentas? Aunque es cierto que los afiliados al
SNTE no necesariamente son simpatizantes a Nueva Alianza, ¿por qué no pudo, en
ninguna de las elecciones federales que participó, asegurar al menos un número
de votantes más o menos similar al número de agremiados de su organización
madre? ¿Es de tal magnitud el rompimiento entre los comités sindicales
(principales promotores del partido político) y la base magisterial? Si bien la
mayoría de los partidos excusará su fracaso en las elecciones de este año en el
surgimiento de la arrasadora ola electoral del partido de oposición principal,
lo anterior no debe alejarnos la vista de un hecho innegable: el hartazgo del
magisterio y su falta de identificación con las acciones políticas de su
sindicato y con el partido supuestamente más afín a sus intereses.
El caso de la elección presidencial
fue emblemático en cuanto a la lejanía de los intereses de Nueva Alianza con
respecto a los de la base magisterial. No obstante que el proyecto educativo de
la administración federal saliente se basó en el desprestigio del docente y la
consecuente afectación de sus derechos laborales, los dirigentes del partido
turquesa decidieron aliarse precisamente con quien ofrecía dar continuidad a
las políticas derivadas a partir de la aprobación de la Reforma Educativa.
Nueva Alianza decidió ponerse a las órdenes de una campaña electoral coordinada
por el exsecretario de educación que
gastó millones de pesos en publicidad oficial y gozaba de un amplio descrédito
entre los docentes del país. Incluso, Juan Díaz de la Torre, dirigente en el
sindicato y también en el partido político, no dudó en ofrecerle a José Antonio
Meade un ejército de maestros para apoyarlo en su campaña electoral. Todo lo
anterior, ignorando el profundo resentimiento de gran parte del magisterio en
relación a los gobernantes del partido al que se decidió apoyar en los
comicios.
Al momento de escribir estas líneas,
en el que se ha computado el 92% de las casillas electorales, parece ser
cuestión de tiempo para que se consume la desaparición del partido político que
nunca fue de los maestros, sino de las cúpulas sindicales y cuyos principales
operadores son los miembros de los comités ejecutivos seccionales. De salvar
milagrosamente el registro, el partido político deberá renacer prácticamente de
entre sus cenizas y dar un viraje
radical a sus rumbos, si es que no quiere repetir una tragedia como la vivida
en estos comicios. Deberá lavar con acciones futuras los errores cometidos en
el pasado y recobrar, a muy largo plazo, la credibilidad dentro de los
trabajadores de la educación, si es que esto aún es posible.
Nueva Alianza deberá recordar que su
principal sustento debe ser el magisterio y, en la medida que ella misma y su
organización madre, el SNTE, sigan consintiendo tantos golpes por parte de las
autoridades al docente y a la educación pública en general, los resultados no tendrán mejoras
significativas. Mientras se siga permitiendo que impunemente las autoridades
afecten el poder adquisitivo de los profesores, apliquen evaluaciones injustas
y defectuosas, demeriten el peso de la formación normalista, construyan
escuelas sin siquiera servicios básicos y otra larga lista de atrocidades,
Nueva Alianza seguirá sumida como una fuerza política prácticamente
insignificante en la vida del país, destinada a “ganar” únicamente cuando se
adhiere a otras fuerzas políticas. Sólo cuando los docentes observen en el SNTE
a una organización auténticamente democráctica y transparente, ferozmente combativa
ante los agravios de las autoridades hacia el magisterio, el número de votos
recibidos por Nueva Alianza se acercará, probablemente, al número de agremiados
al SNTE.
*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Docente
colimense de Educación Primaria (Esc. Prim. Distribuidores Nissan No. 61 T.V.)
y de Educación Superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de
Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía.
REFERENCIAS
HERNÁNDEZ, Luis. Cero
en conducta. Crónica de la resistencia magisterial. México: Brigada para
leer en libertad, 2011. Disponible en: http://brigadaparaleerenlibertad.com/programas/cero-en-conducta/
DÍAZ DE LEÓN, UN TÍTERE DEL GOBIERNO, ENTREGÓ A LAS BASES MAGISTERIALES COMO JUDAS. SOLO SUS ALLEGADOS SON LOS QUE LO RECONOCEN COMO LÍDER SINDICAL, PUES LAS BASES NI LO CONOCEMOS EN PERSONA. EN LOS CONGRESOS SINDICALES QUE REGULARMENTE SON ARMADOS TRAS BAMBALINAS, TODO ESTÁ YA ACORDADO POR ESTE TRAIDOR AL MAGISTERIO Y SUS SECUACES. ES URGENTE QUE EL MAGISTERIO DESPIERTE Y EXIJA SU DESTITUCIÓN.
ResponderEliminarN.A. nunca fuiste MIO.
ResponderEliminarNunca fuiste mi sindicato, mejor desaparece.
ResponderEliminarNUEVA ALIANZA=NUEVA TRANZA, No representa al Magisterio
ResponderEliminarNueva Alianza nunca representó los intereses de los verdaderos docentes, los de banquillo, los comprometidos con la educación y formación del pensamiento crítico, los que asisten todos los días a trabajar con esmero y en sus tiempos libres de actualizan por prima iniciativa, etc. Nueva Alianza fue siempre de los oportunistas, de los que solo fueron profesores de titulo y no de práctica, fiel reflejo de un segmento magisterial al que el SNTE ha solapado siempre en sus flojeras, sus intrigas y sus motores. Será ganancia que el partido pierda su registro porque obligará también a una purga en el SNTE para que represente a los verdaderos docente.
ResponderEliminarCIERTAMENTE "NUEVA TRANZA" NUNCA FUE DE LOS TRABAJADORES DE LA EDUCACION. FUE UNICA Y EXCLUSIVANTE DE LAS CÙPULAS CHARRILES DEL CEN DEL SNTE Y DE LOS COMITÈS SECCIONALES DESDE ELBA ESTHER GORDILLO MORALES HASTA JUAN DIAZ DE LA TORRE QUIENES HÀBIDOS DE LUJOS, PRIVILEGIOS Y RIQUEZAS SIEMPRE COMPROMIETIERON Y TRAFICARON CON LOS INTERESES DEL MAGISTERIO NACIONAL. "NUEVA TRANZA" JAMÀS DEBIÒ DE APARECER Y HOY DESAPARECE COMO LA ESPUMA, ASI COMO SE ESPERA QUE QUIENES HAN SECUESTRADO DURANTE TANTOS AÑOS LAS ACTUALES DIRIGENCIAS SINDICALES SE VAYAN CON EL EMPUJE, DESPERTAR Y ORGANIZACION DE LOS MAESTROS Y CON EL GOBIERNO ELECTO, SEAN AUDITADAS LAS ARCAS DEL CEN DEL SNTE Y DE LOS COMITÈS SECCIONALES Y RECIBAN EL CASTIGO CORRESPONDIENTE SE SE COMPRUEBAN CORRUPTELAS. LOS MAESTROS DEMOCRATICOS DEBEMOS ORGANIZARNOS DESDE NUESTRAS BASES, TOMAR EL CONTROL DE LOS COMITÈS DELEGACIONALES, DEMOCRATIZAR A LOS COMITÈS SECCIONALES PARA CONVERTIR AL SNTE EN UN VERDADERO INSTRUMENTO DE LUCHA Y DE DEFENSA DE LOS INTERESES DE TODOS LOS TRABAJADORES DE LA EDUCACION.
ResponderEliminar¡URGE DEMOCRATIZAR AL SNTE!
¡DE NORTE A SUR, DE ESTE A OESTE, GANAREMOS ESTA LUCHA CUESTE LO QUE CUESTE!
¡VIVA LA CNTE!
Felicidades por su artículo, excelente reflexión desde el pensamiento de un profesor crítico.
ResponderEliminar