Rogelio
Javier Alonso Ruiz*
Después de un polémico proceso
electoral que incluso requirió la repetición de las votaciones, en febrero de
2016 José Ignacio Peralta Sánchez rindió protesta como gobernador
constitucional del Estado de Colima. En el ámbito educativo, el ciclo escolar
2015-2016 se encontraba en curso. A la fecha, el gobierno ha concluido cuatro
ciclos escolares y se empieza a definir el legado que dejará en materia
educativa a la sociedad colimense. Desafortunadamente, las cifras oficiales
proporcionadas por la Dirección General de Planeación, Programación y
Estadística Educativa de la Secretaría de Educación Pública, dan cuenta de
rezagos importantes en indicadores que tienen que ver con el acceso al servicio
educativo y la trayectoria de los estudiantes: cobertura, abandono, reprobación
y terminación. Los números dan a entender un deterioro de la situación educativa del Estado.
Colima presenta un problema importante
de cobertura en educación básica, al ocupar el último sitio entre las entidades
del país durante el ciclo escolar 2018-2019. De acuerdo con cifras oficiales, en
el Estado apenas se dio una cobertura del 85.6% en educación básica, lejos del
94.6% en el que se situó el promedio nacional. Este problema se acentuó en el
nivel preescolar, donde el índice de cobertura fue de apenas 60.4% (el peor del
país), es decir, el servicio educativo no llegó a cuatro de cada diez niños de
tres a cinco años de edad. En el nivel primaria, si bien se roza con la
universalización (96.4%), Colima es la penúltima entidad en el rubro de cobertura
de educación primaria, mientras que en secundaria Colima tiene el cuarto peor
índice en la materia.
El trayecto educativo de los
estudiantes colimenses, con respecto a los del resto del país, presenta
dificultades en cuanto a fenómenos como el abandono, la reprobación y la
terminación. Con respecto al primero, en educación primaria y secundaria Colima
se ubicó en la antepenúltima posición de abandono escolar a nivel nacional,
durante el ciclo escolar 2018-2019. El abandono escolar en educación primaria
de la entidad fue dos veces superior al del país (0.6 a 1.3%). En relación a la
reprobación, el índice de Colima durante el ciclo escolar referido fue prácticamente
el doble en educación primaria que el del promedio nacional (0.9 a 1.7%),
teniendo el cuarto peor registro a nivel nacional. En secundaria, el índice de
reprobación estatal también sobrepasó al nacional: 7.0 por 5.1. Las cifras
presentadas se relacionan con el hecho de que Colima tenga la segunda tasa más
baja de terminación en educación primaria a nivel nacional, mientras que en
educación secundaria se ocupa el puesto 27.
A partir del inicio de la
administración del gobierno estatal actual, se han observado retrocesos
importantes en materia educativa, tal como lo refleja el contraste entre las
cifras de los ciclos 2015-2016 y 2018-2019.
Uno de los más notorios tiene que ver con el abandono escolar en
educación secundaria, el cual se situaba en un nivel de 1.0%, para
posteriormente haber aumentado a 6.7%: en esa categoría se pasó de ser la
segunda mejor entidad a ser la tercera peor. En educación primaria, la
reprobación se incrementó al pasar de 0.9% a 1.3%, teniendo así Colima el
tercer peor porcentaje a nivel nacional. Ligado a lo anterior, Colima pasó de
ubicarse exactamente a la mitad entre las entidades en relación a tasa de
terminación de educación primaria, a ocupar el penúltimo puesto. En relación a
cobertura de educación básica, si bien Colima ya se encontraba en una mala
posición al inicio del gobierno actual (cuarta peor), para 2018 ya había sido
desplazada a la última posición.
Los avances al revisar las
estadísticas oficiales son escasos y no hay mucho que resaltar. Si bien la
magnitud de éstos no es comparable con su contraparte, deben ser mencionados.
Debe señalarse que, para el ciclo escolar 2018-2019, Colima tenía la segunda
mejor tasa de absorción en educación media superior, cuando al inicio de la
administración se situaba en la cuarta posición. En educación secundaria, si
bien los niveles de reprobación son preocupantes, al menos puede decirse que se
ha contenido el problema (de 2015 a 2018, apenas aumentó 0.2%).
Es lamentable observar que en la
mayoría de los indicadores educativos relacionados con acceso y trayectoria,
Colima presente retrocesos en años recientes y se ubique en los últimos puestos
del país. Las altas proporciones de falta de cobertura, abandono y reprobación
dan a entender que en la entidad hay graves afectaciones al derecho educativo
de sus habitantes, lo que también es señal de retrocesos en otros ámbitos de la
vida pública. Así pues, las cifras presentadas ponen en entredicho el
compromiso educativo del gobierno actual, máxime cuando en la entidad existen
afectaciones a los salarios o prestaciones laborales de los maestros. Con cuatro
ciclos escolares a cuestas y con apenas dos para revertir las lamentables
estadísticas, ¿cuál será el legado educativo del gobierno estatal actual?
*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor
colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.)
y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del
Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en
Pedagogía.
Twitter:
@proferoger85
Facebook: El Profe Rogelio
REFERENCIAS
DIRECCIÓN GENERAL DE PLANEACIÓN,
PROGRAMACIÓN Y ESTADÍSTICA EDUCATIVA (2019). Reporte de indicadores educativos. Disponible en: http://planeacion.sep.gob.mx/indicadores_pronosticos.aspx
(consultado el 07 de marzo de 2020).
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