Computadoras gratuitas: ¿cuál será su alcance?

 Rogelio Javier Alonso Ruiz*


El Gobierno del Estado de Colima anunció que, como parte del programa ColiBecas, otorgará de manera gratuita 32,500 computadoras portátiles a estudiantes de educación secundaria de la entidad, durante el ciclo escolar 2022-2023. Tal cifra, según datos oficiales (SEP, 2021), equivale a poco más del 100% de la matrícula del sector público de ese nivel educativo. La mandataria estatal, Indira Vizcaíno Silva, resaltó que tal estrategia es un reflejo de la confianza de su gobierno en dos elementos centrales: igualdad y educación. Sin afán de regatear la importancia de la acción, es necesario preguntarse por el impacto del equipamiento en los jóvenes colimenses. ¿Es adecuado echar las campanas al vuelo con el otorgamiento de las laptops? ¿Qué se espera de ellas y qué se hará para convertirlas en verdaderas aliadas de la causa educativa? ¿Cuáles son los beneficios potenciales y los riesgos de su uso en el ámbito escolar?

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a través del análisis de los resultados del desempeño de estudiantes en diversos países, señala que, “en general, la evidencia de PISA, así como de evaluaciones diseñadas más rigurosamente, sugiere que aumentar únicamente el acceso a las computadoras para los estudiantes, en el hogar o en la escuela, es poco probable que resulte en mejoras significativas en los logros educativos” (OCDE, 2015, p. 163). Asimismo, asevera que “el bienestar en la escuela está fuertemente relacionado con el consumo de los medios electrónicos fuera de la escuela” (OCDE, p. 189), de modo que acciones como un uso excesivo del internet pueden estar vinculadas (sin necesariamente hablar de una relación causa-efecto) con desinterés por los asuntos escolares. 

Decir que el otorgamiento de computadoras contribuye a reducir la desigualdad es una verdad a medias. Por una parte, no se puede negar que la dotación de estos equipos tenderá a igualar las condiciones materiales de acceso a la información, la comunicación y a las posibilidades que ofrece el entorno digital. Sobre lo anterior, la pandemia y la educación a distancia dieron una dura lección que no debe ser olvidada. Pero, por otra parte, se debe ir más lejos: ¿qué sucede con el aprendizaje? “Los resultados muestran que si las brechas actuales en lectura, escritura y matemáticas no se reducen, las desigualdades en habilidades digitales persistirán” (OCDE, 2015, p. 189). La pandemia también nos demostró los límites de la tecnología: las pantallas, en sí mismas, no educan.

Así pues, la disminución de la brecha digital, entendida como la “distancia en términos de habilidades digitales entre las personas que tienen acceso o no a estas herramientas, en específico a internet y a computadoras” (INEE, 2019, p. 227) no depende exclusivamente de la posesión de un dispositivo electrónico, sino de la consolidación de habilidades básicas comunicativas y del razonamiento. Queda entonces un amplio margen de aprovechamiento de las computadoras para asegurar que no sólo contribuyen a disminuir las desigualdades materiales, sino también a las diferencias en las capacidades cognitivas.

El gobierno colimense debe tener presentes programas que, en materia de dotación de dispositivos electrónicos, se han  implementado a nivel federal: Enciclomedia (2004-2011), Habilidades Digitales para todos (2009-2012), Mi Compu MX (2013-2014), Programa Piloto de Inclusión Digital (2013-2015), Programa @prende.mx (2014-2016) y Programa @aprende 2.0 (2016-2017). Deficiencias en la infraestructura de las escuelas, mantenimiento de los equipos y falta de capacitación al magisterio y los padres de familia, provocaron que muchos de los esfuerzos fueran efímeros y sus efectos insípidos. ¿Qué hacer para evitar que, como con los últimos programas, los equipos otorgados directamente al estudiantado terminen no sólo alejados de un uso educativo sino en los aparadores de casas de empeño?

Valdría la pena revisar en particular los programas al respecto durante el sexenio 2012-2018. ¿En qué grado se aprovecharon las laptops y tabletas que se entregaron a los niños y jóvenes? ¿Qué tanto pesó que la política educativa plasmada en el plan sectorial se enfocara a “subsanar la parte de la dotación de recursos” pero dejara “vacíos en cuanto a la capacitación de los docentes, en particular, sobre los modelos pedagógicos que faciliten la transmisión del uso de los recursos informáticos a sus alumnos” (INEE, 2019, p. 227)? Se acusó, incluso, a los gobernantes de otros tiempos de clientelismo cuando de manera directa se proporcionaba a la población televisiones, computadoras o tabletas: ¿qué se hará de diferente en esta ocasión para justificar la entrega y no confundirla con una medida propagandística y fugaz?

A partir de lo revisado, la administración estatal no debe perder de vista que, por atractiva que mediáticamente sea su entrega, las computadoras son herramientas que, considerando los antecedentes expuestos en este escrito, no garantizan un impacto positivo significativo en los aprendizajes del alumnado. De lo anterior se desprende la necesidad de generar una robusta estrategia de largo alcance que favorezca su uso efectivo para fines educativos, que “incluya la capacitación de docentes y la creación de contenido informático educativo que permitan potencializar las habilidades digitales” (INEE, 2019, p. 232), así como la habilitación de la infraestructura escolar y la orientación a las familias. Ya se hizo un importante esfuerzo económico, ahora falta otro más trascendente: el de la creatividad en la formulación de ideas que permitan alcanzar el potencial que la presencia tecnológica en la educación supone. 

*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía. 

Twitter: @proferoger85

 

REFERENCIAS

INEE. (2019). Panorama educativo de México 2018. Indicadores del Sistema Educativo Nacional. Educación Básica y Media Superior. México: autor.

OCDE. (2015). Students, computers and learnin. Making the connection. PISA, OECD Publishing. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1787/9789264239555-en

SEP. (2021). Principales cifras del Sistema Educativo Nacional 2020-2021. México: autor.

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