Rogelio
Javier Alonso Ruiz*
Es engañosa la idea de autonomía
curricular que se implementará en las escuelas mexicanas. Si bien se trata de
los primeros pasos en este tema, los centros escolares mexicanos apenas podrán
generar espacios curriculares (denominados clubes) que deberán circunscribirse
a los ámbitos de Autonomía curricular que se establecen en el documento Aprendizajes clave para la educación
integral. Plan y programas de estudio para la educación básica. Así pues,
el colectivo escolar sólo tendrá la oportunidad de generar espacios adicionales
en la oferta curricular, sin tocar las asignaturas y contenidos que se
establecen en los programas oficiales. De este modo, a diferencia de otros
países, en los que incluso se puede diferir el curso de alguna asignatura o
redoblar el tiempo lectivo para otra, en México las asignaturas son intocables.
Autonomía, en el caso mexicano, significó únicamente agregar espacios
curriculares complementarios.
Uno de los factores que genera
expectativas desfavorables para los clubes de autonomía curricular es la escasa
preparación que se le ofertó a los maestros mexicanos, quienes finalmente serán
los encargados directos de diseñar, ejecutar y evaluar los clubes de autonomía
curricular. En la Semana Nacional de Actualización, efectuada en todas las escuelas
del país, del 6 al 10 de agosto de 2018, el tema de los clubes de autonomía
curricular fue abordado apenas de manera superficial; basta señalar que
únicamente se destinó una sesión para tal propósito, con un conjunto de
actividades y orientaciones que ni siquiera superaron las cuatro páginas del
material de trabajo que se distribuyó. Si bien en esta capacitación se dieron a
conocer orientaciones generales sobre los clubes de autonomía curricular, no se
conocieron puntos finos de los mismos, tales como el proceso de diseño de un
programa a ofertar o los mecanismos de evaluación. Así pues, el mensaje fue
claro para los maestros: háganle como entiendan y como puedan. Por si fuera
poco, los futuros maestros tampoco están siendo preparados al respecto: no
existen asignaturas en los planes de estudio normalistas, en liquidación (2012,
la mayoría) ni recientes (2018), en las que se aborde formalmente el tema de la
autonomía curricular.
Las opiniones negativas a los clubes
de autonomía curricular también se centran en que representan una mayor carga
de trabajo para el docente, pues no sólo implica la creación de un curso a
impartir, sino además el diseño de los materiales educativos y la gestión de
insumos que se requerirán. Como desafortunadamente es costumbre en la vida
laboral de los docentes, estas acciones muy probablemente tendrán que ser
realizadas en horarios no laborables de los profesores. Por si fuera poco, las
situaciones anteriores además no se traducirán en mejoras salariales para los
maestros por desempeñar actividades adicionales a las que realizan
cotidianamente.
Una de las críticas más recurrentes a
los clubes de autonomía curricular se refiere al tiempo lectivo que se les
destina. Según el Acuerdo 10/05/18, que regula la organización del tiempo
escolar, los periodos lectivos (con una equivalencia de 50 a 60 minutos)
mínimos que se asignan al ejercicio de los clubes de autonomía curricular (2.5
semanales en educación primaria) son mayores que los otorgados a asignaturas
como Geografía e Historia, las cuales apenas cuentan, de cuarto a sexto grados
de primaria, con un periodo lectivo. Si bien los clubes representan un paso
importante para superar la visión de un mapa curricular centrado en las
asignaturas, algunas de éstas parecen haber sido reducidas excesivamente. Sin
tratar de privilegiar una postura enciclopedista del aprendizaje, la situación
descrita anteriormente se puede ejemplificar claramente con la asignatura de
Historia, en quinto grado: ¿será viable estudiar el devenir histórico de
nuestro país desde el fin de la Nueva España hasta el México contemporáneo, con
tan solo un periodo lectivo semanal?
Uno de los obstáculos más importantes
que se pueden advertir para la implementación de los clubes de autonomía
curricular es la falta de recursos. A casi un mes de iniciado el ciclo escolar
2018-2019, las escuelas no han recibido el recurso para ejercer la autonomía
curricular. De este modo, las escuelas planearon sus clubes sin conocer los
recursos con los que contarían para tal efecto, recibiendo de las autoridades
la recomendación de diseñar sus ofertas curriculares únicamente con los
recursos con los que cuenta la escuela. Vale la pena reflexionar que es utópico
pensar que las escuelas mexicanas, en las que sólo el 45% de las primarias tienen
servicios completos (agua, luz y drenaje) (INEE, 2016, p. 34), pueda ofrecer
recursos para el desarrollo de los clubes de autonomía curricular; si hay
carencias importantes en condiciones tan básicas, es impensable que los centros
escolares puedan ofrecer por sí mismos recursos para el ejercicio de
actividades diferentes e innovadoras como lo pretenden ser los clubes de
autonomía curricular. Así pues, el riesgo para las escuelas es latente e
incluso es advertido por el INEE (2018): “su autonomía curricular debe
ampliarse, cuidando que no se convierta en un nuevo factor de desigualdad e
inequidad” (p. 39).
Existen antecedentes a nivel
internacional en el que se advierte que la asignación de recursos es un componente
clave para el ejercicio de la autonomía curricular. Al respecto, en la
República Checa, donde las escuelas tienen la posibilidad de incluir materias o
asignaturas adicionales, algunos directores han señalado que “la restricción
real proviene del hecho de que para ofrecer opciones diferentes los directores
deben encontrar recursos financieros propios, lo cual es muy difícil conseguir”
(Andere, 2007, p. 162). De este modo, la asignación de recursos para el
mejoramiento de la infraestructura física, e incluso humana, debe ser
obligatoria para pensar en que los clubes de autonomía curricular se pueden
convertir en opciones viables y exitosas para ser implementadas en las
escuelas. Al respecto, conviene considerar la idea del Instituto Nacional para
la Evaluación de la Educación (INEE), que señala que “si una parte significa de
los recursos públicos se destinara a un presupuesto anual que las escuelas
pudieran manejar directamente, la autonomía escolar tendría condiciones
sustancialmente mejores para convertirse en realidad” (2018, p.49).
Los Lineamientos generales para el desarrollo de la autonomía de gestión
escolar y de la autonomía curricular dejan abierta la posibilidad de que
“las propuestas curriculares que requieran recursos financieros para su implementación
[puedan] recibir donaciones o aportaciones voluntarias” (SEP, 2017b, p. 17). De
este modo, los clubes de autonomía curricular pudieran representar un elemento
para potenciar la de por sí alarmante naturaleza inequitativa de nuestro
sistema educativo: las escuelas en mejores contextos, seguramente, podrán
hacerse de recursos más fácilmente para implementar sus clubes de autonomía
curricular, incrementando la distancia entre las oportunidades educativas que
se ofrecen entre las escuelas de mejores y peores contextos.
En suma, los clubes de autonomía
curricular representan una oportunidad importante para reorganizar el
curriculum superando la visión en la que se privilegia a las asignaturas. Es
también una prueba para la organización de las escuelas, en función de poder
generar ofertas que se adapten a las necesidades de sus estudiantes. Sin
embargo, como se ha visto, es importante que se atiendan las situaciones
adversas que se han planteado en este escrito si realmente se desea que esta
propuesta tenga viabilidad y éxito: mejorar la preparación de los maestros al
respecto, asegurar que las escuelas tengan los recursos y la infraestructura
necesaria para ofertar opciones formativas realmente significativas y
equilibrar los periodos lectivos de modo que algunas asignaturas no queden
reducidas de manera tan marcada.
*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Docente
colimense de Educación Primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y de
Educación Superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de
Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía.
Twitter: @proferoger85
REFERENCIAS
ANDERE,
Eduardo. ¿Cómo es la mejor educación en el mundo? Políticas educativas
y escuelas en 19 países. México: Santillana, 2007.
INEE. Educación
para la democracia y el desarrollo de México. México: autor, 2018.
INEE. Infraestructura, mobiliario y materiales de apoyo educativo en las
escuelas primarias. ECEA 2014. México: autor, 2016.
SEP. Aprendizajes clave para la educación integral. Plan y programas de
estudio para la educación obligatoria. México: autor, 2017a.
SEP. Lineamientos
generales para el ejercicio y desarrollo de la autonomía de gestión escolar y
de la atonomía curricular en las escuelas públicas de educación básica del
sistema educativo nacional. México: autor, 2017b.
DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN. Acuerdo número 10/05/18 por el que se emiten
los Lineamientos de ajuste a las horas lectivas señaladas en el diverso número
592 por el que se establece la Articulación de la Educación Básica, para el
ciclo escolar 2018-2019. México: autor, 2018.
Totalmente de acuerdo se quiere que el docente haga todo y no se le brindan todos los recurso y medios. No se invierte en educación para obtener mejores resultados.
ResponderEliminarTotalmente en contra.Los docentes si pueden generar expectativas favorables con su participación en los clubes. ¿Desde el punto de vista de quién?,es la pregunta generadora de análisis del texto. Y, según el punto de vista del autor, el docente NO TIENE LA CAPACIDAD de coordinar un club.Se percibe en el segundo párrafo del texto el menosprecio hacia la capacidad de los docentes.
ResponderEliminarPara un reto como este la visión y metodología de participación infantil y adolescente puede ser un buen camino para que la tarea no caiga exclusivamente en el docente. Ver la página de La Jugarreta Espacios de Participación AC en facebook o www.lajugarreta.org.mx
ResponderEliminarse trata de aprovechar el tiempo de aprendizaje no estar "experimentando"; nada mas hay que ver como en la red nos pasamos las planeaciones...la capacidad la tenemos nadie dice lo contrario, sin embargo es algo no planeado en su totalidad...no seria mejor enseñar conocimientos que fueran la plataforma de lanzamiento para su futuro como uso de nuevas herramientas tecnologicas, robotica, etc? como nos formamos nosotros sin estas maravillas del modelo nuevo?
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